El sector de la construcción necesita un POT actualizado
Actualizado: 31 ago 2020
Han pasado ya casi 20 años desde que el Distrito emitió el último Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y más de cuatro desde 2016, el año en que debía actualizarse. Durante ese tiempo, los cartageneros han visto cómo la ilegalidad se apoderó de su ciudad e hizo de las suyas, elevando edificios a diestra y siniestra, a veces sin cumplir con los requerimientos técnicos y seguridad mínimos.
Contra el caos
Los miembros del sector de la construcción concuerdan en que esa es la mayor prioridad de un nuevo POT: una normativa sólida, clara y adaptada a la realidad de Cartagena. “Es posible que los usos del suelo no tengan que ser cambiados, pues su transformabilidad tampoco es muy alta. Lo que nos preocupa es que no haya reglas en función de la visión de ciudad que se quiere y se necesita”, explica Pedro Ibarra, arquitecto y miembro de la junta directiva de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), seccional Bolívar.
Al hecho de que el POT está desactualizado se le suma la relativa indiferencia de los habitantes de Cartagena. “Un instrumento, por sí solo no es suficiente para alcanzar el ordenamiento de las actividades y acciones que se sucedan en el territorio. Debe estar acompañado de otras herramientas que le den fuerza. La principal de ellas: que la población se sienta identificada con él, que lo conozca, sea consciente de su validez”, afirma Flavio Romero, arquitecto y miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos.
Soluciones
En términos generales, puede decirse que las peticiones del sector de la construcción se cruzan directamente con muchas de las necesidades más urgentes de la ciudad. Así, sus miembros también necesitan que haya un POT que permita determinar el mejor esquema para un Plan Maestro de Drenajes Pluviales y un Plan de Gestión de Riesgo, dar plazos definitivos para obras como la Vía Perimetral, unificar criterios, garantizar la continuidad entre las diferentes administraciones y crear políticas para adaptarse a las demandas que plantean fenómenos como el cambio climático.
La falta de continuidad en los procesos es uno de los puntos más preocupantes y se ve agravada por los conflictos de competencias que pueden surgir. “Por ser Cartagena un territorio complejo, ocurren casos en los que una misma zona está gestionada por múltiples instituciones con visiones diferentes. Para poner fin a todo eso se requiere de una gerencia muy precisa, surgida de un consenso apoyado en el POT”, según lo explica el arquitecto Pedro Ibarra.
Flavio Romero, por su parte, añade que hay puntos específicos que merecen atención en lo que respecta a las políticas vigentes sobre parqueaderos, viviendas de interés social (VIS) e incentivos financieros para el sector.
“Se requiere adecuar los parqueaderos a los vehículos de menores dimensiones, permitir la construcción de unidades de vivienda mínima diferentes a las establecidas (sustentadas en la conformación de nuevos estilos de vida, composición familiar y precios accesibles) y la exención del impuesto predial por 10 años a los proyectos nuevos o nuevos desarrollos urbanísticos que cumplan con ciertos requisitos mínimos para tener ese derecho”, puntualiza el arquitecto.

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